En la actualidad, los bienes raíces representan el segundo gasto de las empresas, pero, más que nunca antes, el negocio inmobiliario no pasa por la compraventa de ladrillos ni el alquiler de metros cuadrados.
Atender las demandas de los clientes corporativos hoy exige a las consultoras dominar una gama cada vez más amplia y sofisticada de servicios, que abarcan desde soluciones innovadoras de espacio hasta análisis del impacto de la inversión, impuestos o accesos, pasando por toda una nueva agenda que pone de relieve temas de imagen, medioambiente, inclusión, retención de talentos y, por supuesto, avances tecnológicos.