Los cambios en las oficinas acompañaron los cambios en el mercado laboral: de la jerarquía a la horizontalidad y del individualismo a la colaboración. La estética señorial de hace 30 años, con sus cubículos privados, muebles oscuros y detalles en dorado es completamente distinta de lo que hoy se considera deseable: espacios abiertos, vidrios y colores claros.